Hoy hemos sabido que la gestora de la Obra Social de la extinta Caja de Ahorros CAM ha decidido amortizar a valor cero las cuotas participativas. Los cerca de 50.000 ahorradores que depositaron su confianza en la entidad y en este producto, después de dos años de incertidumbre, han sabido hoy que definitivamente perderán todo su dinero.
Las cuotas participativas comenzaron a cotizar en julio de 2008 y un 65,5% de las mismas se colocaron entre clientes minoritarios, es decir, sin especiales conocimientos ni experiencia en productos financieros de riesgo como éste. Las cuotas salieron a 5,75 euros y se suspendieron cuando cotizaban a 1,34 euros. Sin embargo hoy, ya no tienen ningún valor económico real, porque el patrimonio de la caja se redujo a cero para hacer frente a las deudas.
A pesar de ello, seguimos sin notícias sobre el proceso penal que llevó a los antiguos administradores de la caja a sentarse en el banquillo de la Audiencia Nacional por el expolio de la entidad valenciana, y por otro lado, Banc de Sabadell se desentiende de estos afectados a quienes les ha discriminado claramente respecto a los tenedores de preferentes de la CAM.
Llegados a este punto, el último paso del vía crucis lo encontraremos, sin duda, en los Juzgados, quines deberán decidir sonbre aquellos casos en los se vendieron cuotas participativas sin observar las obligaciones legales de información, diligencia y transparencia; un clásico ya en este contexto de gran litigación bancaria, en el que para recuperar los ahorros, a veces de toda una vida, hay que demandar al banco.
Oscar Serrano